lunes, 8 de diciembre de 2014

Pinterest

Hablemos de vanidades...

¡Me encanta Pinterest! No sé porque lo he tenido tanto tiempo abandonado. Creo que no lo sabía utilizar bien del todo y me aburrí.
La cosa es que hacía un año que no entraba y desde este fin de semana (no, no ha sido especialmente movido...), pues que lo he redescubierto.

Me parece la red social perfecta. Será porque no parece una red social. Quiero decir que no te preocupas en si te siguen o no. No te preocupa cuantos likes reciben tus publicaciones (pines). No te preocupa que tál o cuál persona pueda juzgar tus gustos. No te avisa con todos los cumpleaños del mundo mundial. Ah! Y lo mejor es...que no recibes invitaciones de juegos, eventos, ni solicitudes de amistad incómodas... ¿A qué suena bien?

¿Qué tiene de interesante? Pues que encuentras "inspiración" para todo lo que quieras: moda, cocina, decoración, viajes, cine, música, lectura, cortes de pelo o astronomía. Puedes curiosear y aprender cada día sobre temas interesantes, encontrar miles de frikadas de tu debilidad favorita (sea Harry Potter o los esmaltes de uñas), y si como yo eres una patosa, estar al tanto de lo que se lleva este invierno. O mejor, lo que se va a llevar, ya que los pines proceden de todo el mundo y ya sabéis que en España siempre vamos a la cola de England o EEUU. Hay ideas de boda que me dan ganas de divorciarme para casarme otra vez, y minigatitos, miniperritos, minikoalitas, minijirafitas...etc, que te dan ganas de embarcarte en comprar una granja.
Tú te organizas tus tableros como quieras. Son públicos (para que la inspiración siga fluyendo por todo el mundo), pero también puedes tener tableros secretos para ocultar tu obsesión con David Gandy. Ejem.

En fin señores, no les entretengo más con mi entusiasmo. Realmente solo lo podrán descubrir por ustedes mismos. O redescubrir, como yo.

martes, 18 de noviembre de 2014

Terapias particulares

He tardado más tiempo en volver del que me hubiera gustado. Y probablemente tarde de nuevo en seguir.

Pero hoy escribir me supone una cuestión de necesidad.
Cuando las cosas van mal, tienes que encontrar esa vía de escape que solo tú sabes que funciona. Que te empuja fuera de la cama a echar otro día.
A veces esa "motivación" puede no ser la más deseada. Por eso hay personas que compran ropa y otras que beben más de la cuenta. En mi caso, gracias a Dios, es la lectura, y la escritura. Aunque reconozco que una copa de Ribera también me ayuda! Pero menos mal que no tanto...

¿Qué hacer cuando te asfixian situaciones que no puedes solucionar? En este último mes han caído cuatro libros y voy por el quinto. Si no leyera probablemente trataría peor a quienes me rodean. La cuestión es que "la racha" pase con los menos percances posibles.

Mi vasquito particular, lo vive de otra manera. Ya sabéis que los hombres son más prácticos a la hora de solucionar problemas... O eso creen. Luego, cuando yo ya esté medio recuperada, me tocará ayudarle a él a entenderse.
De momento va todo el día renegando de Pusk y Thai, pensando que ellos tienen la culpa de todos sus problemas. Pusk y Thai son nuestros peludos hijos. Nuestros gatos.
Pusk en realidad se llamaba Nala, es una chica. Pero el vasquito un día empezó a llamarla Pusk (pese a que yo le dijera que sonaba a prostituta en algún idioma nórdico) y ella responde siempre a eso. Y Thai es mi siamés gordito y pegajoso. Vive obsesionado conmigo y todo lo que me rodee que no sea él mismo le supone un desafío. Incluidos su padre y su hermana.
Como podéis notar, los gatos también me resultan una terapia, y sí: tengo mi punto felino-friki, y soy feliz con ello.

Así que señores, les animo a que encuentren esa terapia (inocua) que les ayude a superar los obstáculos, y que se aferren a ella sin complejos hasta que la racha pase. Después ya seremos personas un poquito más normales.

lunes, 29 de septiembre de 2014

El comienzo

Todo está inventado. Ya nadie puede evitar ser juzgado de poco original. Empezamos con una altura de listón que cualquiera alcanza!


Siempre que me decido a escribir, me viene ese pensamiento a la mente, y descarto. El miedo… O la vergüenza… A quién? De qué?


¿Y entonces que hacer cuando no pretendes inventar nada? No quiero ser ese soplo exacto de frescura que anima a almas perezosas a tener una vida más bonita, a luchar por sus sueños y a descubrir esas metas que su potencial oculto esta destinado a alcanzar.


Ay… Creo que lo estoy empeorando!

Será cosa del día, como decimos cuando no nos queremos auto culpar de algo. Eso: yo en general soy positiva y alegre, pero este día nublado y este verano tan corto (que aun no asumo del todo) me hacen decir unas cosas…


No me lo tengan en cuenta.

Era empezar así o no empezar nunca.